viernes, 22 de junio de 2012

Deuda a los concertados

En las últimas semanas han aparecido en los medios de comunicación varias referencias a la deuda que mantienen las administraciones públicas con los colegios concertados. Esta situación, que se produce en regiones gobernadas por unos y otros partidos, afecta gravísimamente a colegios como el nuestro, y por ello y por muchas opiniones que se vierten sobre los mismos, queremos lanzar una serie de reflexiones sobre la situación.

Es bastante habitual que determinados políticos y “opinadores” profesionales aparezcan en distintos medios señalando la existencia de colegios concertados como privilegios de la Iglesia Católica a combatir.

Los colegios concertados son el resultado de la ordenación, fijada en la LODE de 1985, de la aportación de fondos públicos a colegios privados con el fin de aumentar la oferta educativa.

Básicamente esta aportación consiste en aportar al centro unos costes determinados por la Administración pública en concepto de profesorado y administración del centro. No hay aportación para obras, reformas, acondicionamientos, climatización, etc. En la práctica, el coste para el Estado de un alumno de la escuela concertada está en torno a la mitad del coste de un alumno de la escuela pública.

Los colegios concertados pueden ser católicos o de cualquier otro tipo. La razón de que en su inmensa mayoría sean católicos es muy simple: Al coste que aporta el Estado, la escuela concertada sería un negocio ruinoso. Pero las órdenes religiosas no mantienen los centros por negocio, sino por servicio y vocación.

En detalle: En el año 2008, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía consignó 5.352 euros por cada alumno de la escuela pública, por 2.395 euros por cada alumno de la escuela concertada. Es decir, el curso de cada uno de nuestros hijos costó 2.395 euros, mientras que el curso del hijo de ese señor que nos acusa de obtener privilegios costó 5.352. En ambos casos, pagados con los impuestos tanto nuestros como de ese señor tan simpático.

Siguiendo con los números, para que se hagan una idea, si quitamos los conciertos y los casi dos millones de alumnos (1.940.435 en 2008) de la escuela concertada tuvieran que ser escolarizados en la pública, según los datos oficiales del Ministerio, esto supondría que el coste de la educación aumentaría en DOS MIL TRESCIENTOS CUARENTA Y OCHO MILLONES SESENTA Y CUATRO MIL SEISCIENTOS SESENTA EUROS (2.348.064.660 €)

Esto es lo que algunos se atreven a llamar privilegio.

Según las informaciones que llevan semanas publicándose, de ese importe ya muy reducido que el Estado debe entregar a los centros concertados (importe que no es propiedad del Estado sino parte del dinero que todos los contribuyentes aportamos al mismo para que lo distribuya), las Administraciones públicas todavía no han terminado de abonar la parte correspondiente al primer trimestre del curso que hoy termina. Es decir,que todavía se deben cantidades correspondientes al año 2011.

Imaginen ahora lo que le supone a unas entidades mantener en funcionamiento centros que atienden a dos millones de niños, sin haber ingresado todavía ni un tercio de lo que por ley les corresponde. Imaginen lo que le supone a una entidad hacer frente a los pagos que conlleva el sostenimiento de sus centros. Y para terminar de imaginar el decorado, ahora las administraciones públicas no se les ocurre otra cosa que pretender prohibir que los centros pidan una aportación para dedicarla a material escolar para los propios alumnos.

Expuesto este panorama, los retrasos en el pago de los conciertos por parte de la Administración significa que el dinero que todos hemos pagado en impuestos se ha utilizado para otros fines, mientras que las entidades titulares de los colegios (las Hijas de la Caridad en el nuestro) tienen que hacer frente de su bolsillo al mantenimiento de los centros. Todo ello, mientras políticos de uno y otro partido (todos son responsable de esta situación que se produce en comunidades de todo color político) tienen la desvergüenza de hablar de inversión en Educación.

Desde esta Asociación queremos mandar a la opinión pública un mensaje claro de apoyo y respaldo a los centros concertados en general y por supuesto al nuestro en particular, a la vez que denunciamos el expolio que administraciones públicas de todo color político están haciendo del dinero de todos, robándoselo a los centros a los que pertenece, y por tanto robándolo de la educación y el futuro de nuestros hijos.

Y ahora, cuando oigan a alguien hablar de privilegios de la escuela concertada, no lo duden: Les están engañando.

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